CELESTIAL

ACLARACIÓN NECESARIA

Ya no puedo contener las lágrimas, se están lastimando demasiado, y yo no hago más que mirar, tengo que hacer algo urgentemente, me levanto con dificultad del suelo sacando fuerzas de donde ya no existen mas, levanto mi rostro viendo el cielo oscuro con grises nubes que van dibujando un paisaje sombrío. Mis manos empiezan a girar trato de concentrar todo mi poder interior, mis ojos se centran en los dos hombres que pelean por mí.


Simplemente cerré mis ojos y cuando los volví a abrir ellos ya estaban encerrados en mis campos de fuerza, cuando se dieron cuenta que no podían continuar, no pudieron controlar su rabia y empezaron a golpear con todas sus fuerzas el campo, se me hacia muy difícil seguir controlándolo para que dejen de lastimarse.


Max mando a todas sus sombras a destruir el campo, lo atacaban a un ritmo impresionante, empecé a sentir el dolor en mi cuerpo como si a la que golpeara fuese a mí. Hyungjun hacia lo mismo pero con su espada, ya casi no podía aguantar dolía demasiado y mis fuerza empezaban a flaquear.


Todo el poder que había reunido desaparecía poco a poco de mis manos, mis piernas temblaban y caí de rodillas aun tratando de mantenerlos separados pero ya no podía, mis manos cayeron como plumas al igual que el resto de mi cuerpo sobre la hierba mojada aun por la cercanía al lago. Intente moverme pero no podía, aunque escuchaba y veía todo a mi alrededor no podía ni siquiera hablar y ellos seguían luchando ahora libres de mi poder.


Mis ojos empezaban a cerrarse aunque intentaba luchar, debía recuperar mis fuerza, no sabia que teníamos un limite y que yo había llegado a el. Mi cabeza latía indescriptiblemente y todo mi cuerpo se sentía como si me hubiesen golpeado miles de veces.


-Akiko- gritaron al unísono al verme ahí tirada, los dos acudieron hacia mi, hyungjun llego primero, pensé que me socorrería, aun lograba seguir con los ojos abiertos, se puso en cuclillas junto a mi y sonrió. Max llego y lo golpeo- aléjate de ella- grito, la expresión de hyungjun cambio repentinamente- de todas maneras morirá- esas palabras me dejaron en shock, abrí mis ojos todo lo que pude al escucharlo, Max quería matarlo, vi su rostro lleno de furia, su labio inferior temblaba- de verdad creíste que la amaba, eres muy ingenuo- dijo hyungjun en tono sarcástico, mientras caminaba alrededor acercándose a donde yo estaba – nunca lo creí, por eso la cuide asegurándome de que no te la llevaras- Max mando sus sombras antes de que pudiera siquiera rozarme.


Un aura oscura se empezó a sentir en toda el área, si hubiese podido moverme hubiese corrido, todo se oscureció y una nube oscura se formo atrás de Max, eran sus sombras, atacaron a hyungjun y este intentaba repelerlas con todas sus fuerzas, y lo lograba a duras penas, ahora deseaba con toda mi alma que Max lo matara, no podía creer lo tonta que fui y el error que casi cometo, si no hubiese sido por Max ni siquiera existiría en estos momentos.


Antes de un nuevo ataque de las sombras hyungjun corrió hacia mi me tomo en sus brazos y desaparecimos en medio de una humareda, no sabia donde estaba pero era inútil intentar salvarme, hasta mis sentidos estaban adormilados, vi como me llevaba a lo largo de un pasillo oscuro iluminado por velas, abrió una puerta y me dejo en una cama, escuchaba la voz de hery pero parecía demasiado lejana, no pude evitar dormirme pensando que todo termino para mi.

AQUA


LESLIE

Otra noche en la que ya no aguanto seguir aquí, tengo que escapar por el bien de mis hermanas, los chicos ya deberían habernos salvado , no entiendo porque es q no han notado nuestra desaparición, acaso no les importamos, no, tengo que dejar de pensar cosas así, algo debe detenerlos, pero el no saber me está volviendo loca, me siento impotente, debe haber alguna forma de salir de aquí, un día mas es lo que nos queda de vida, es imposible seguir aquí sin hacer nada, solo esperando el fin.


Ya ni siquiera intento romper la ventana, nunca lo lograría, en todo caso debo convertir el muro en puerta, es la única forma de escapar. La puerta nuevamente se vuelve a abrir ya me estoy acostumbrando a que saeng entre a tomar mi sangre, la succiona desesperadamente como si fuera la última vez que la probara, siempre trato de alejarlo pero quedo demasiado débil como para oponerme.


Su mirada como siempre parece perdida aunque este concentrada en mi, estudia cada milímetro de mi cuerpo pero nunca pronuncia palabras, siento repugnancia hacia él, deseo asesinarlo, cuando se acerca quiero tirarlo por la ventana pero nunca puedo –aun no dejas de resistirte, se está volviendo aburrido- mi ira está empezando a aflorar, pero sé que me sería imposible hacerle daño –ellos nos salvaran- digo mirándolo a los ojos –yo no estoy tan seguro, tomando en cuenta que ellos piensan que sus padres se las llevaron- eso no me lo esperaba, me quede completamente en silencio, me desarmo, sonrió al darse cuenta.


Ellos pensaban que nos habíamos ido lejos para ver a nuestros padres, probablemente estén volando para España en este momento creyendo que es el lugar en que nos encontramos. Toda esperanza estaba perdida, micky no vendrá a rescatarme. Mi mente empezó a volar para intentar buscar una solución, una luz se encendió en mi cerebro, alguna vez fui una seductora irrefrenable, lo había dejado desde que conocí a micky pero este era el momento en el cual debía volver a despertarla y sacar del largo letargo a mi otro yo.


Concentre toda la rabia que tenia dentro de mí y la reuní, haciendo que un nudo se formara en mi garganta, poco a poco fui sintiendo el dolor que llevaba en mi ser y por fin una lagrima empezó a rodar por mi mejilla brillando con la poca luz que se filtraba a la habitación, el se acerco y levanto mi rostro por un instante pensé que lo había conmovido, sus ojos brillaron. No podía esconderlo sentía alfgo por mí, encontré su talón de Aquiles y lo iba a aprovechar lo mas que pudiera, giro su rostro tratando de controlar los sentimientos que le provocaban verme llorar, sonreí mientras no me veía, mi plan había iniciado.


Procure que se sintiera tan culpable al ver mi rostro como para que no se atreviese siquiera a pensar beber mi sangre ese día, limpio las lagrimas de mi cara, nerviosamente intentaba acariciarme con gentileza, lo había iniciado y ya no podía detenerlo, hice que sus sentimientos se desbordaran sin darle opción a pensar en otra cosa que no fueran mis ojos bañados por el liquido salino. Me beso en la frente y se giro caminando lentamente hacia la puerta.


Debía esperar el momento indicado para dar el golpe final, estudie muy bien todo lo que podía ayudarme y q se encontrara a mi alcance pero se habían encargado de que nada que pudiera ser usado contra ellos estuviera cerca de mis manos, su mano giro la perilla de la puerta abriéndola apenas, empecé a correr y lo abrace por la espalda reteniéndolo, sentí el sentimiento subir por todo mi cuerpo llegando hasta la punta de mis cabellos, lo había logrado, mis lagrimas empezaron a brotar sin que nada las pudiese detener.

–no te vayas- solté, si algo había aprendido es que ningún hombre se puede resistir a las lagrimas de una mujer.


Se giro y me abrazo, no me había equivocado el sentía algo por mí, por eso venia todos los días a succionar mi sangre atacando mi cuello. Ese había sido su error se enamoro de la presa y esta no lo había hecho de él. Me quede un momento así, haciéndolo sentir el calor de mi cuerpo, me aleje fingiendo limpiar mis lagrimas, lleve mis dedos hacia su pecho y él se erizo, era demasiado lo que yo provocaba en el. Había logrado llegar hasta su punto débil, me puse como carnada y cayó en la trampa, pensó que mi alma se había doblegado cayendo rendida ante él.


-mis hermanos no están- susurro mientras olía mi cabello, sabia a lo que se refería al dejarme saber eso, pero no planeaba entregarme tanto a la causa de nuestra liberación y no sería necesario gracias a la información que me dio, sonreí acercándome a él, tome sus manos y lo empuje hacia la pared, el se dejo llevar completamente por mí, fue su error. Me acerque a él y cuando podía ver su rostro lleno de felicidad, sonreí y levante mi rodilla con toda la fuerza que pude, lo golpee en su orgullo, cayó al suelo quejándose de dolor y aproveche para salir, ni siquiera sabía qué camino tomar pero no podía detenerme ahora, corrí lo más rápido que pude. Todas las puertas que intente abrir tenían cerradura.


Llegue a una gran puerta de vidrio, la abrí sin pensar y Salí al patio que una y otra vez vi por el ventanal, seguí en mi huida cruzando el enorme jardín llegando al bosque de eucaliptos que se extendía en frente de mi, las suaves y frías gotas de la lluvia empezaron a mojarme, al sentirlas me sentía libre, siempre había adorado esa sensación.


-me dolió- la voz de saeng llego a mis oídos, me detuve y mire al frente, en medio de la lluvia lo vi parado a escasa distancia de donde yo estaba. Se me acerco y nuevamente las ganas de asesinarlo venían a mi cabeza. Llevaba flechas en su espalda como las del chico que lastimo a junsu, solo que estas eran negras, tomo el arco y me apunto. Vi como la flecha se acercaba a mí, todo empezó a ir más lentamente, me sentía protegida en medio de esa tormenta.


Las gotas que caían empezaron a formar una barrera frente a mi deteniendo a la flecha, un torbellino de agua giraba en círculos alrededor de mi, semejante a las sombras de Max pero sin ser oscuras sino que era cristalina agua que me protegía y detenía todo lo que saeng intentaba hacerme. Camine hacia él sintiéndome segura, la lluvia continuaba cayendo sin cesar, gota tras otra y yo me sentía cada vez más poderosa.


Con un ademan de mis manos ráfagas de agua lo encerraron dejándolo dentro de una esfera liquida, no podía moverse en absoluto. Me fui dejándolo allí, por ahora no me importaba si lograba salir o no. Tenía que encontrar a micky para que me ayudase a salvar a mis hermanas

DESPERTANDO

Las maletas ya están hechas pero aun no podemos irnos, hay demasiados cabos sueltos en la carta que ellas nos dejaron, como pudieron simplemente irse dejando tan solo un papel con cinco líneas, no es algo que hagan ellas. Además el que nunca contesten el celular o nuestros mensajes es demasiado sospechoso. El peligro de la organización está siempre latente, no debemos bajar la guardia, ellos armarían cualquier treta para atraparnos, confiarse es imperdonable. Hero es el más alterado, se niega a creer que a tefa se haya ido a pocas horas de que el pida su mano a sus hermanas.


-aun no despierta?- micky interrumpió mis tribulaciones, cada media hora uno de mis hermanos entraba a la habitación esperando que Max haya despertado pero siempre se encuentran con la negativa de mi cabeza, no sabemos que le ocurrió, tan solo llego a casa lastimado casi sin poder mantenerse en pie, lo único que alcanzo a decir fue “akiko” y luego cayo desmayado golpeando la madera, corrimos haber como estaba y desde entonces no reacciona, entre sueños grita palabras ininteligibles preocupándonos cada vez mas.


-crees que este bien?- pregunto micky con cara de preocupación, creo que estaba empezando a perder las esperanza de que despierte, la fiebre subía y bajaba sin que nada pudiera detenerla eh comenzado a pensar que el entro en ese estado solo y ahora no puede salir.

– no lo sé, pero daría lo que fuera por saber que lo dejo así- mis palabras están cargadas de rencor y dolor por ver al menor de mis hermanos en este estado – todo es muy extraño. Primero ellas desaparecen dejando solo una nota y luego llega Max en este estado gritando el nombre de akiko, algo está mal, micky piensa lo mismo que yo y no dudo que los demás hagan lo mismo pero no tenemos más que simples conjeturas armadas por nuestras confundidas mentes, lo único que puedo hacer es intercambiar miradas de afirmación con micky para volver a caer en la triste imagen de Max a mis espaldas.


Hero y junsu llegaron también a la habitación con la misma cara de decepción que nosotros, nadie más pronuncio una palabra esperábamos que Max lo hiciera y rompiera con el silencio que nos devoraba por dentro, minutos y horas comenzaban a correr todos los días mientras podíamos sentir nuestra impotencia crecer y crecer sin que podamos detenerla.


Un ruido se escucho en la ventana de al lado, vidrios rompiéndose y la caída de algún objeto pesado, corrimos para ver que era no sin antes transformarnos en ángeles negros, abrimos la puerta amontonándonos para entrar, cuando cruzamos el umbral nos quedamos estáticos buscando el origen del ruido, vimos los vidrios regados por todo el cuarto brillando por la luz del atardecer en una esquina cerca del escritorio un bulto blanco se movía levantándose y extendiendo un par de alas con plumas aterciopeladas del mismo color de su vestido, levanto el rostro.


-leslie- grito micky mientras corría para ayudarla a levantarse, la abrazo como jamás lo eh visto abrazar a otra persona -donde estabas?- le preguntaba, pero ella apenas podía y caminar, parecía como si llegar al hotel le hubiese costado mucho, ella también lo abrazo con todas sus fuerzas –pensé que nunca te volvería a ver- sus palabras estaban cargadas de amor, mas allá de lo que cualquiera pudiese expresar-donde estabas?- pregunto micky, a lo que leslie reacciono y se separo de él, limpiando las gotas de agua que aun cubrían sus rostro.

–tienen que ayudarme, mis hermanas, ellas están en peligro, yo pude escapar pero ellas no, necesito ayudarlas- no entendíamos lo que trataba de decirnos pero cuando menciono el que sus hermanas podían estar en peligro una alarma se encendió. La llevamos hasta el recibidor para q pudiese calmarse, no podía articular bien las palabras.

–cuéntanos que paso- le dijo micky suavemente para que se calmara, ella trato de respirar más lento, tomo aire y lo q nos relato nos dejo helados, los bravier las habían secuestrado, jamás nos hubiésemos imaginado que ellos eran los cinco enmascarados de rojo que siempre nos atacaban, todo el odio q nos teníamos ahora estaba justificado, debíamos correr a salvarlas lo más rápido posible, pero aun teníamos q preocuparnos de Max.


Como si lo hubiese invocado la puerta crujió y la figura fantasmagórica de lo que parecía ser mi hermano apareció en el umbral, junsu se apresuro para ayudarlo a caminar.

–donde están- pregunto, sin hacer caso a todas nuestras preguntas sobre su estado, leslie le mostro la dirección para llegar allí –tenemos que salir lo más rápido posible hacia allá-


Antes que cualquiera de nosotros reaccionara y pudiera hacer algo Max se transformo y salió volando por la ventana de la sala rompiendo los cristales como leslie.

LUCHANDO

Toda la tarde ha habido un enorme revuelo, por todos lados se escucha gente gritando y corriendo, algo malo debe estar ocurriendo para que jungmin y hyungjun no se hayan aparecido, casi todos los días sin falta están aquí. La ira consume a las personas que están en el pasillo, podría ser tal vez, que una de mis hermanas logro escapar, definitivamente es eso de otra forma habrían venido al menos un instante para recordarnos que mañana moriremos.


Aunque akiko ya reacciono lo único que hace todo el día es mirar por la ventana hacia el horizonte como si tratara de ver algo muy importante, casi no ha hablado me estoy preocupando demasiado por ella, lo que le ocurrió debió ser demasiado doloroso. Las palabras de hyunjun aun resonaban en mis oídos recordándome que el estaba metido en el misterio.


-que crees que pase-al fin rompió el silencio que me estaba volviendo loca.


–no lo sé, pero creo que una de nuestras hermanas logro escapar- dije sonriendo por verla un poco mejor


–quieres decirme que paso?- pregunte, aunque mi conciencia me decía que no lo hiciera porque podía hacer que volviera a su hermetismo.


–solo quiero que el este bien- dijo pero no entendí a que se refería, de repente empezó a hablar con la nada, como si rezara porque alguien la escuchara haciendo que brillantes lagrimas rodaran por sus mejillas, el silencio reino de nuevo y ella fijo su mirada nuevamente en el horizonte.


La puerta se abrió estrepitosamente levantado polvo, hyunjun y jungmin entraron con una mirada que podría matar, se dirigieron directamente hacia donde nos encontrábamos akiko y yo, nos tomaron por el brazo y nos arrastraron por el pasillo, mientras intentábamos hacer que nos soltaran pude escuchar que mencionaron el nombre de leslie, probablemente es ella la que logro escapar, ahora estaba casi segura de que ella lo había logrado, todo era cuestión de tiempo para que fuésemos rescatadas.


Llegamos a un gran salón también decorado con oscuros colores donde vi al resto de mis hermanas, corrí a abrazarlas jalando a akiko quien aun no volvía completamente a la normalidad porque aun conservaba la misma mirada perdida de antes.


Mis sospechas se habían confirmado, leslie había logrado escapar, todos los bravier daban vueltas por la habitación desesperadamente, hablando por sus celulares tratando de que no escuchemos, por lo poco que pude captar trataban de huir de ahí lo más rápido posible y nosotras estábamos incluidas en esa huida, ninguno de ellos estaba calmado, salvo jungmin que de tiempo en tiempo se acercaba a mí a acariciar mi cabello, supuse que eso lo calmaba de alguna forma por lo que cada vez que venia lo empujaba lejos de mi.


Me acerque a mis hermanas, maite intentaba hacer que akiko soltara palabra pero ella no respondía a nuestras preguntas, lo único que hacia es mirar fijamente cada uno de los movimientos de jungmin, yo notaba como él sentía esa mirada penetrante y la miraba de soslayo, lo que le haya pasado tenía que ver directamente con él.


Todos colgaron al fin sus celulares parecía que habían logrado encontrar una forma de escape, nos tomaron de nuevo y nos jalaban hacia la puerta llegamos al enorme recibidor, estaban por abrir la puerta cuando una sombra en el cielo los hizo retroceder, todo estaba muy oscuro y no se podía divisar quien era el que había llegado. Una figura alta con sus alas extendidas comenzó a caminar hacia nosotros, cada vez más cerca.

–akiko- grito, era la voz de Max, pero porque gritaría buscando a anguel ellos nunca habían llegado a nada concreto, casi nunca se veían ni cruzaban palabra después de que lo encontramos besándola.


Akiko se abalanzo hacia el pero hyunjun interrumpió su carrera, la tomo por los brazos y el cuello imposibilitando cualquier movimiento.

–pensé que morirías después de las heridas que te cause- los ojos de Max brillaron con fuerza, siguió caminando hacia hyunjun acercándose cada vez mas –quieres que la mate- soltó hyunjun sacando una daga de mango carmesí, a lo que Max se detuvo.


Akiko lloraba con desesperación intentando soltarse de hyunjun parecía que no pudiese hacerlo, ella tomo la mano del cuchillo rápidamente sin que hyunjun pudiera reaccionar y soltándose de su agarre, corrió ahora con mas fuerzas hacia Max abrazándolo con fuerza y llorando sobre su pecho mientras el acariciaba su cabello con ternura diciéndole que no se preocupe.

–pensé que él te había lastimado- dijo akiko entre sollozos –perdón, fui una tonta- repetía una y otra vez, Max sonreía mientras le devolvía el abrazo.


El resto de hermanos bravier se disponía a atacar pero hyunjun dijo que esa pelea era suya y que él se encargaría de terminar con esto, esa sería la única manera de liberarse de las cadenas que ataban su corazón, la última frase no logre entender que significaba.


Max se separo de akiko dándole un dulce beso en sus mejillas procurando que el roce de sus labios le brindara calma y protección, se adelanto dirigiéndose a su enemigo, tomo una espada antigua que decoraba el recibidor, como si fuese un cuento épico chocaron sus armas tratando de derrotar al contrario.


Hyunjun parecía mucho más experimentado en el arte de la esgrima pero Max no se quedaba del todo atrás, ninguno había logrado aun lastimar al otro.

–lastime tu orgullo al demostrarte que ella me iba a elegir a mi- dijo hyunjun aumentando la ira del oponente al que la ira termino de encender su venganza.


Max recobro la fuerza e hizo retroceder la otra espada dejando un punto flaco en hyunjun, sin desperdiciarlo clavo la afilada punta asegurándose que el dolor infringido no lo deje moverse nunca mas, hyunjun cayo inerte ante la mirada espantada de akiko, cuando cayó al suelo extendió su mano hacia ella levantándola con el último suspiro y se quedo así.


Akiko corrió donde changmin y lo abrazo con todas sus fuerzas por la espalda, los bravier al ver lo ocurrido sacaron sus armas e iban a atacar pero las puertas y las ventanas se abrieron de par en par los hermanos de Max habían llegado, pude ver a junsu buscarme y pronunciar mi nombre, la felicidad llenaba mi corazón por completo.


Max cayó al suelo desmayado akiko trataba de hacerlo reaccionar, los bravier estaban en posición de ataque listos para recibir a nuestros amados.

EL FIN
MAITE Y YUNHO

Estoy en una habitación muy lujosa desde donde puedo ver los techos de las casas de la ciudad, todas son antiguas y me llevan a pensar como debió ser la vida muchos años atrás, las cortinas son de un color purpura que se movía lentamente con el viento que se filtraba por la ventana abierta en la que yo me encontraba, esa habitación solitaria estaba acompañada de una gran cama que estaba cubierta de sabanas de color rojo y una cubierta blanca. Solitaria y silenciosa me encontraba en esa gran habitación lujosa, pero el silencio fue interrumpido por la cerradura de la puerta, se abre lentamente mientras yo me giro a ver quién es, un flash back pasa frente a mis ojos al recordar cómo una y otra vez saeng lo hacía mientras me tenia encerrada, aclare mi cabeza recordando que ellos ya habían muerto y nunca más volverían a aparecer. Yunho entro acercándose a mí lentamente, llego y me abrazo.

- estas bien-susurro a mi oído

- ahora si lo estoy- respondí.


Por largo tiempo nos quedamos viendo el horizonte como poco a poco iba atardeciendo y el sol caía en medio del cielo, el tenia su cabeza apoyada en mi hombro mientras podía sentir su aroma invadir mi nariz, sentía comodidad en medio de sus brazos y deseaba que jamás se alejase de mi por ninguna razón.


-te amo- dijo seriamente, me voltio para que lo mirara – eres lo mas importante en la tierra y no deseo perderte jamás, quiero que siempre estés a mi lado y poder verte sentada junto a mi mientras nuestros nietos juegan- yo sonreía al pensar en eso, me emocionaba el imaginar nuestra vejez juntos, estando por siempre unidos, aun así malos pensamientos venían a mi cabeza.

- pero mañana te vas- sus ojos brillaron tenuemente, me abrazo de nuevo acercándome a él y recostándose en mi.

-pero volveré por ti- se alejo y sonrió, esta no era una de sus sonrisas de playboy podía vislumbrar las veracidad de cada una de las silabas q el pronunciaba, saco una caja de sus bolsillo era de color negro brillante no podía creer lo que estaba sucediendo, me estaba pidiendo matrimonio, tomo el anillo y lo coloco suavemente en mi dedo depositando un beso sobre él.


-nos casaremos cuando te gradúes- medias sonrisas se esbozaban en mi rostro mientras elegía las palabras adecuadas para responder, no las encontraba aunque fuera tan fácil como un sí.

Finalmente lo bese y el respondió pero me alejo un momento- eso significa que aceptas- me incitaba a darle un golpe por no comprender, pero arruinaría el momento solo asentí con la cabeza no sin antes lanzarle una mirada sarcástica, el lo comprendió y me beso.


Ese beso empezó a durar mas de lo normal y su lengua se introdujo en mi boca, se acerco mas a mi cuerpo, se separo por un momento al sentir mi sorpresa, nos miramos profundamente a los ojos y de una vez el ángel negro que tenia frente a mi me beso tiernamente, luego en ese beso nuestras lenguas jugueteaban y de pronto se volvió apasionado, tanto así que sin que me diera cuenta ya estábamos acostados en esa gran cama. Nos detuvimos ya que la falta de oxigeno nos obligo.

-te amo-me dio y solo pude responder con un beso.

Spoiler:

Desperté con su olor abriendo mis ojos suavemente, estaba recostada en la cama entre sus brazos no quería levantarme, de pronto la puerta se abrió y Leslie irrumpió en la habitación.

- lo siento- grito mientras retrocedía tapándose los ojos– debí tocar, lo sé pero no me imagine que estarían así, el resto al menos no lo estaba- me tape con el edredón y le dije que saliera lanzándole ojos matadores con lo que nuestros hermanos aparecieron en el marco de la puerta para ver el porqué del alboroto, cuando llegaron una sonrisa se dibujo en sus ojos, fuera grite pero no me hacían el menor caso.

- así que ayer se divirtieron- dijo changmin, a lo que yunho le lanzo una almohada.

- váyanse o se arrepentirán- les dijo haciendo que un ventarrón cerrase la puerta y ellos al fin se fueron.


Nos levantamos, vestimos y preparamos sus maletas, su vuelo salía en tres horas por lo que todo debía estar listo, fuimos a un restaurante a desayunar pero sentía las miradas de mis hermanas sobre mí, sonriendo al recordar el incidente de la mañana.

El tiempo que pasamos con ellos fue demasiado poco hubiese querido congelar esos instantes pero no podía.


En el aeropuerto me beso dulcemente haciéndome recordar, lo abrace fuertemente y luego me separe de él vi como mis hermanas hacían lo mismo, ellos cruzaron el umbral y la puerta se fue cerrando poco a poco todas mandamos la llave de nuestro corazón con ellos.

Cuatro meses no fueron suficientes pero en tres los volveríamos a ver.



El sol se oculta un día más pero mañana volverá a aparecer…...